viernes, 18 de diciembre de 2015

Resistance

¿Será que puedo seguir resistiéndome a estar en esta prisión? o mejor aún, ¿Cuándo voy a salir de ella?  Me siento fracasado, agotado, aburrido, siento que estos 35 años parecen 70 pero cuando miro alrededor me veo como alguien de 20, sin nada.  Pertenezco al absurdo mundo materialista donde quien triunfa es quien más pertenencias tiene, más carros tiene, quién tiene el apartamento más lujoso o quién fué más lejos durante las vacaciones.  Pertenezco al absurdo mundo donde puedes montar tu vida feliz en una red social para ser aceptado por los otros que añoran tu vida o te envidian de la manera más vil.  Sé que mis palabras no son otra cosa que un resentimiento idílico de alguien que se siente en el fondo de la paila, de alguien que siente que está un poquito muerto y que camina por el mundo con la reserva que le queda, pero no puedo estar distinto en estos momentos.  Quisiera que todas mis cosas desaparecieran y estar montado en un avión con rumbo a Timbuctú sin regreso o mejor aún, que alguien por favor me reseteara la cabeza y olvidarme de la persona que soy que por cierto no me gusta, alguien que no tiene proyección y que su futuro está ligado siempre a las contemplaciones de los demás, que le importa más la opinión de algunos a los que ama  con el alma , que no tiene pantalones, ni decisiones verdaderas, que vive una vida monótona, siempre saliendo a la misma hora de la casa, llegando al trabajo, viéndose las mismas series en el trabajo mientras su agenda está prácticamente vacía mientras espera con unas ansias vomitivas a que le anuncien que llego otro paciente, momento terrorífico en donde el carcelero te pregunta si quieres estar en el calabozo o prefieres estar en la celda aaislado hasta de ti mismo, que a la misma hora sale para su casa, toma el mismo rumbo, una vez por semana conoce agún hombre que poco le llama la atención y que luego en la comodidad de su hogar ve los mismos programas, espera a que sea la media noche que no es otra cosa que una hora porque ninguna calabaza se convierte en carruaje y se duerme para despertar antes del amanecer con la vejiga llena y expulsa sus residuos para así comenzar luego de otra hora de sueño otro día en el magnífico mundo de la prisión de los dientes.  El sicólogo al que fuí seis meses atrás me condenó a algo absolutamente puntual, yo era el único responsable de las decisiones de mi vida y en parte tiene razón, debe tener uno coraje para enfrentarse al mundo y decidir su destino, pero la mayoría de nosotros vivimos el destino de otros, la vida de los otros.  Esto absolutamente es lo que he hecho los ultimos años, por no decir toda mi vida, siempre ligado a lo que los otros piensen de mi y de mis decisiones, primero con algo poco entendido por mi inocente cabeza y era el gusto por los hombres, nunca entendí porque era un tabú y porqué tenía que esconder lo que mi corazón deseaba sólo porque los otros me veían como un culo enorme clavado por una verga, nunca entendí porque este mundo es tan cruel y lo diferente lo señalan, y aún hoy después de tantos años de paso por este mundo sigo teniendo el mismo miedo y ya se metió tan hondo en mi alma que el corazón se corroió y le es dificil sentir, no sé si por las historias que tengo pegadas en la piel o por el miedo al rechazo del que siempre fuí víctima.  En este mundo debes sobresalir por algo, así nos criaron a todos, empezando porque debes ser bonito y exitoso, osea exitoso = lleno de billete. Ese es el éxito al que todos quieren llegar y el que menos me importa.  Vivo la vida de los otros y no me debería importar, lo que mi madre en su silencio sádico opina de mi sexualidad, lo que dice una de mis amigas que amo y odio con el alma, ella es un yin yan tremendo para mi, no sé como alguien puede estar tan metido en tu corazón echándote pica y pala y haciéndote daño y tu permitir que te corrompan la mina, o cómo puedes guardar tanto silencio y permitirr que todos estos sucesos te vayan matándo lentamente, por suerte la vida misma te manda salvavidas, en caso que no quieras respirar o mover más tus brazos para no ahogarte. Mis pocos amigos del alma a quien les debo lo que soy, las alegrías y las lágrimas que hemos aplaudido hasta el amanecer.
¿Resistencia?  No creo, es un autismo selectivo, me hago el pendejo ante la inconformidad, ante la vida, ante todas estas situaciones donde deje grandes pedazos de mi historia en personas que solo han señalado con sus dedos negros y carbonizados hacia donde estoy yo, soy el único que permite sentirse fracasado, inútil y vacío, que deja entrar miles de nuevos poros a su piel gastada para después tener que arrancarselos a punta de guaro y canciones tristes evidenciando un supuesto despecho que sólo es una gran fachada de mi casi demente vida, casi vomitiva en donde me asfixio semana tras semana metido en un consultorio haciéndo lo que los otros ven como una gran maravilla, como el elixir de las profesiones y en donde estpy metido no se porqué, no sé porqué vine a dar a esta cárcel, si, si sé.  Malas decisiones.  Como lo dijo mi anterior loquerito, soy el único responsable.   Bueno corazón obtuso y enchido de drama, sólo me queda decirte escuchando una buena canción y es: Resistance.

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