En una ciudad, es muy común ver todo tipo de situaciones hechas por cualquier cantidad de personas, formando siempre composiciones llenas de color, otras en tintes grises y algunas de ellas simplemente historias fabricadas en el útero de las calles y las avenidas, en la música y hasta en la red de internet.
Alguna vez escuché aquello que me acercó profundamente a lo real: el kitch, aquello que es un poco mas bonito que la mierda, a la mierda estética, en el arte a la elegancia de lo mas feo, lo recargado, rostros de hombres santos acompañados de prostitutas famosas adornados por pedacitos de peluche y accesorios baratos imitando destellos lujosos de piezas únicas, o aquel divino niño que está sobre la hoja de marihuana y dice: yo reinaré!, todos alusivos a la sublimación de lo ordinario que solo a pocos nos parece bonito y rescatable.
El kitch social, aquel estado iconográfico de una sociedad que está en la absoluta mierda pero que sobrevive, un bonito mundo pero que igual tiene su caos, miles de historias de muerte, de asaltos, de procesos jurídicos contra los mismos gobernantes que botan saliva cuando desean que con un lapiz y un papel los elijamos, a mientras todo este yang aumenta las ciudades crecen, los niños juegan en las calles, una madre encuentra a su hijo perdido y vemos que no todo está tan mal y que bien nos lo dijo la abuela, después de la tempestad viene la calma. Mi kitch es mas complejo y mas proveniente de las entrañas. Creo que me adorno con todos los momentos mas patéticos y oscuros de viejos pasajes literarios, viene del romanticismo perdido, mi kitch cree que en que si se besan muchos sapos, uno de ellos acudirá a tu llamado y será ese principe esperado y vaticinado por profetas apócrifos, los no escritos, por los magos y las brujas, mi kitch aún cree en todo esto, en apostarle a un costal de huesos con mucha carne y bonitos dientes, en jugarse la vida en una ruleta y dar vueltas en un carrusel sintiendome todavía un niño. En que punto de toda esta historia comencé a tener estas sensaciones por los hombres?? No recuerdo nada, solo que muchas hormonas despertaron ese potencial de virilidad que gusrdaba mi cuerpo para entregarlo a su homónimo, a sus homónimos, mi kith es ser absolutamente creyente del romance, del cortejo, de la conquista, es ir en contra del tiempo, es acusar, gritar y entonces yo corro, trabajo, escribo, dibujo, y lloro, entonces te escucho, los escucho y espero, te hablo y espero, trabajo, viajo en el metro, miro por el vidrio el reflejo de un hombre que me mira pero no quiero darle motivos a mis ojos, te pienso sin saber como sos, te imagino así como sos sin saber que carnes te acompañan, recreo hermosos futuros con vos, con el fantasma, con el hombre hecho sombra que me retó a conocer algo diferente y dispar de este mundo paralelo.
Cómo no creer entonces que hay estados si mentales o físicos, del consciente o de la irrealidad en donde nos sintamos por un momento que habitamos en un mundo kitch, con estrellas que cuelgan de tiras de lentejuelas azules en nuestro cielo y nubes de algodón y vos y yo montamos en un carrusel y me tomás de la mano y me llevás hasta tu mundo real en donde también tenés tus santos venerados por veladoras en tu santuario y llevás en tu billetera la estampita de yo reinaré! y yo en mi pecho un rosario, me envolvés en tus problemas, en tu juego, y trabajas, me besas, esperas, esperas y me hablas, me llevás a tus sueños y me piensas sin saber como soy, me imaginas y te gustaría que fuera de la forma en la que te excita, en la forma de tus propios deseos, deseas, deseas, deseas, y te callas, no hablas, me piensas, sales de tu mundo, trabajas, duermes, te ries, te vas.
Quisiera que esto fuera de mi mundo en kitch, de mis excesos, de lo esperado, que te quedaras ahí para no tener mas excusas de matar el romance de nuevo y recobrar la fé, creer, creer, para que hicieras a mi cuerpo creer en otro que no sea mi mano y mi respiración agitada, que todo aquello que siento, lo recargado, lo extrambótico, lo incalculable sea para vos. Mi vida en kitch.
3 comentarios:
camilo camilo que bello eso.
Pues me encuentro gratamente sorprendido, cuando pensé que te ibas a convertir en otro blogger estereotipado -me disculpas, pero los post anteriores no dicen algo distinto -, veo que comienzas a encontrar tu propia voz, a escribir como vos y a dejarte ver con claridad. Enhorabuena. Un abrazo.
Con respeto te leo y leo nuevamente.
Profundo, inquietante y muy original.
seguiré tu evolución.
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